Algo sucede en el grupo del mastín y sus cachorros, vimos con sorpresa las tres denuncias que la Senadora Indira Rosales presentó en contra del Gobernador Cuitláhuac García Jiménez, ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y la Fiscalía General de la República (FGR), se “fundamentan” en lo sucedido durante la multicitada manifestación ante la SCJN, mismas que seguramente no procederán pero que están armando escándalo mediático encaminado a desgastar, y generaran trámites legales con la intención de distraer de sus funciones al Gobernador.

¿Pero por qué ella? La lanzan a campo abierto como en su momento lo hicieron con Jorge Winckler al que “el clan” entregó como carne de cañón sin ofrecerle ningún respaldo; el hecho de embarcar a la Senadora tiene 2 lecturas, 1.- o piensan apuntalarla porque su primera opción para ser la candidata de su grupo, que es la señora Patricia Lobeira, no crece, 2.- o por el contrario intentan deshacerse de ella por algún motivo que desconocemos.

La estrategia llama la atención después de que los neopanistas han permanecido ocultos y procurando no incomodar, pero ahora mandan a Indira a la guerra sin fusil, sin recapacitar (o quizás por eso) que la vez más reciente que intentaron hacer una escaramuza política pretendiendo regresar a winckler a la Fiscalía, el ex Fiscal fue a parar a la cárcel, de donde no saldrá en muchos años; ahora veamos cuáles serán las repercusiones de la escaramuza de la Senadora, no olvidemos que ella fue la encargada de desviar recursos federales desde Sedesol estatal para la campaña de Chiquiyunes, además de aplicar el uso de infraestructura oficial para el proselitismo de esa campaña, cuando en camionetas oficiales de Sedesol se operó la entrega de apoyos del entonces candidato; es decir, el burro hablando de orejas.