Hubo un tiempo en que Enrique Cambranis Torres fue una voz autorizada dentro del panismo veracruzano, lo respaldaban sus principios y sus valores acordes a los estatutos panistas y al discurso de la decencia, valores que destrozaron después el mastín y sus cachorros.

Cambranis, hombro a hombro con Pipo Vásquez Cuevas fortalecieron la presencia del PAN en Veracruz, ganando posiciones antes inimaginables dentro del Congreso y de los Ayuntamientos; iban bien hasta que la ambición de la Gubernatura los perdió, vendieron su alma al diablo y abrieron la puerta a quién poco a poco contaminaría a ese partido, anulando todos los valores con los que se había sustentado tradicionalmente con figuras como el jefe Téllez o el propio Gómez Morin.

Lo peor para Cambranis, por lo que vemos, es que ya le contaminaron su naturaleza, pues de un tiempo para acá transita pisoteando todos los valores que antes defendía; el colmo del odio y resentimiento que ahora invaden su carácter fue la expulsión de su compañera de bancada Nora Lagunes, por el único motivo_ como ella misma lo dice_ de negarse a obedecer instrucciones de un grupo minoritario de neopanistas que están en la cúpula de Acción Nacional local, que bajo el “síndrome de Estocolmo” siguen y obedecen a quién les arrebató su partido, les quitó su calidad moral, y se sirvió con la cuchara grande de las finanzas públicas casi totalmente para su propio peculio, dejando sus siglas en total desprestigio.
Cabe apuntar que Pipo no había sido una perita en dulce, aceptó las canonjías del gobierno fidelista pero dentro de todo la disimuló un poco y siguió defendiendo los principios de partido, de dientes para fuera o como fuera, pero fue así.

Con la contaminación de Enrique Cambranis, Veracruz y el panismo perdieron un político que pudo llegar a ser grande; ahora es uno más del montón de lacayos de… ¡Ya saben quién!

Como líder de bancada los panistas ahora tienen a un misógino lleno de amargura, dispuesto a todo, hasta a las acciones más ignominiosos con tal de alcanzar la candidatura al Senado abanderado por un partido que él controló hace tiempo pero que ahora, después de que ellos mismos lo entregaron (Pipo y Cambranis), tiene que andar agachando la cabeza para que lo tomen en cuenta ¡Que caro lo está pagando!

Y como diría el master Alberto Cortés: “Entre más alto volamos nos duele más la caída”; porque apostamos doble contra sencillo que la candidatura que le prometen, jamás, pero jamás se la van a dar ¡Apostemos!