Entendemos que Julen está viviendo la miel de la política nacional desde el Senado, en donde sus puntadas y chascarrillos han tenido una gran resonancia en medios del altiplano, a donde los cautiva su ironía jarocha. Allá no tiene que lidiar con Las Palomas o algunos otros “reporteros” insistentes; motivos por los cuales, seguramente, la prensa local había dejado de ser de la estatura de su vida y prefería codearse con los Adelas Micha, Ciro Gómez Leyva y todos aquellos personajes que por estar situados en la capital del país parecen más pipirisnais; sin embargo lo malo para el Senador Julen es que no está compitiendo para presidente del país o para jefe del Gobierno de la Ciudad de México sino para candidato a Gobernador de Veracruz, así que _le guste o no_ tenía que bajar a la aldea a informar a los comunicadores veracruzanos y ya empezó a hacerlo.

Acertadamente se reunió con la Asociación de Comunicadores de Veracruz y está dando conferencias de prensa desde la Parroquia de Enríquez, tan es lo adecuado que ya tuvieron que reunirse los lambiscones de Yunes para tratar de frenarlo desde “el castillo” de la calle de Gutiérrez Zamora.

Bien, corrigió Julen en materia de prensa; ahora nada más le falta vincularse con sus propios militantes a quienes ha ignorado en esta intentona, y que ha dejado colgados de la brocha en las anteriores, en las que pactó con Yunes y a sus seguidores los dejó apestados mientras que él obtenía posiciones para sí mismo y para su bodoque. Tendrá una dura labor para convencerlos que vuelvan a apoyarlo para luchar contra los mismos de antes. Es más, dudamos mucho que lleve su proyecto hasta las últimas consecuencias pues no es la primera vez que dice que quiere, pero siempre le han temblado las patitas a la hora de la hora y ha dejado pasar a los Yunes.

Julen no solamente necesitaría arreglar su tiradero hacía el interior de su partido, sino también con los empresarios a quienes les ha dado la espalda, con los sectores sociales con los que no está vinculado; en fin, dejar de ser un aspirante ausente que solamente le apuesta a un golpe de suerte y ser alguien con verdadero arraigo en el estado; pero para eso hay que invertirle tiempo, dinero y esfuerzo, y ser dadivoso no es una de las virtudes del personaje; así que lo más probable es que sus aspiraciones sean otra vez boxeo de sombra, para ver ahora qué migajas le dejan comerse los Yunes; mientras que los “ingenuos” que le crean seguirán marginados por apoyarlo.

Si los antiyunes quieren tener un precandidato realmente de oposición deberían de buscar otro liderazgo, porque Julen ya es “una cobija muy miada”.