
/ 2022-03-09
9 de marzo, 2022.- En el lamentable caso de lo sucedido en el Estadio Corregidora de Querétaro, los intereses económicos y políticos han estado por encima de las víctimas; la Liga MX (auspiciada por un Banco) fue lenta al aplicar las sanciones que resultaron una burla, pues optaron por cortar las cabezas de sus directivas para no meterse con las franquicias, así qué a Adolfo Ríos, Gabriel Soares, Greg Taylor y Manuel Velarde (los que menos la debían) fueron desafiliados por cinco años de la Liga MX; mientras que el Estadio Corregidora fue clausurado solamente por un año. Para el equipo no hay castigo alguno, solamente una multilla de 500 mil pesos, pero no será dado de baja por lo que podrán concluir el torneo, después están obligados a venderlo para que los dueños no pierden su inversión ¡Qué bonito es lo bonito!
La Barra de hinchas de Gallos no podrá entrar tres años al Estadio Corregidora y un año a los de otros equipos, mientras que los del Atlas se llevan solamente seis meses de sanción como visitantes; se expulsará de por vida de los estadios a los golpeadores, pero nadie ha dicho que desaparecerá el apodado “grupo de animación”; es más, ya confirmaron que seguirán funcionando.
Por su parte para la FIFA no se ha metido, los hechos de sangre no les preocupan, eso sí que no griten: “¡Eeeeeeeeehhh… P…tooooo!”, porque eso sí es motivo suficiente para amenazar con echar a la Selección del Mundial; cuánta doble moral.
Mientras todo esto sucede los Gobernadores de Querétaro (PAN) y Jalisco (Movimiento Ciudadano) hacen mutis, se dan la mano y se hacen complices, privilegiando por encima de las víctimas sus intereses políticos con rumbo a la Alianza 2024; Enrique Alfaro no levanta la voz para exigir sanciones más severas, mientras que Mauricio Kuri oculta datos exactos de los heridos; ambos se tapan bajo el mismo manto de los intereses futuros. Se trata de una doble golpiza a las víctimas, la del estadio y la de sus gobernantes.