
Xalapa. Ver / 2021-11-08
Hace unos días, cuando la presidenta de la Mesa Directiva del Congreso local, Adriana Paola Linares Capitanachi, dio por concluidas las labores de la LXV Legislatura y se levantó de su asiento, también se levantó la diputada Erika Ayala Ríos que fungió como vicepresidenta. Erika echó un vistazo al lugar donde estaba su curul ahora ocupada por la legisladora Anilú Ingram y seguro que la nostalgia le dio una punzada.
Después bajó del presídium y abrazó a una diputada del PAN, luego se encontró con varios de los flamantes diputados de Morena que componen la 66 legislatura a los que abrazó y salió del recinto quizá para no volver más.
En contraste con otras ocasiones en que salía rodeada de reporteros, esta vez caminó sola rumbo al estacionamiento del Congreso donde la esperaba su chofer.
Ya sin el fuero legislativo, es muy probable que Erika tenga que responder señalamientos sobre desvío de recursos en el sindicato del COBAEV y sobre “explicar su inexplicable” riqueza. El problema es que tendrá que enfrentarlos sola, sin nadie que la respalde porque nunca supo hacer grupo. Sin el fuero que la protegió por tres años, lo más seguro es que a partir de ahora sus únicos defensores sean unos buenos y competentes abogados.