CAMBIO EN GOBERNACIÓN
Xalapa. Ver: CAMBIO EN GOBERNACIÓN /
Llega Adán Augusto López Hernández


Xalapa. Ver / 2021-08-27

En tiempos pasados ser Secretario de Gobernación era ser casi tan poderoso como el mismo Presidente. ¿Tanto así? En efecto, permítanos lector que le expliquemos por qué.

El Secretario de Gobernación tenía el control de todos los gobernadores. Gobernador que quería audiencia con el Presidente primero tenía que pasar a Bucareli a que le dieran permiso, por lo que el Secretario de Gobernación se enteraba antes que el Presidente de los temas que quería tratar un mandatario estatal.

Además tenía los hilos de todas las policías y cuerpos de Seguridad e Inteligencia (CISEN, Dirección Federal de Seguridad, etc.). También se enteraba antes que el Presidente dónde había problemas con grupos criminales o grupos guerrilleros.

Adolfo Ruiz Cortines, Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría, Mario Moya Palencia, Jesús Reyes Heroles y Fernando Gutiérrez Barrios, fueron en sus tiempos poderosísimos Secretarios de Gobernación, tan es así que los tres primeros llegaron a la Presidencia de la República.

Pero esos tiempos ya se fueron. El puesto de Secretario de Gobierno ya no tiene, pero ni con mucho, el peso que llegó a tener antaño porque el estilo del Presidente López Obrador es de llevar él todos los hilos políticos, sin un segundo de a bordo de tanta fuerza. En la actualidad la Secretaría de Gobernación es algo así como una oficialía de partes donde su titular se pasa la mayoría del tiempo rascándose la barriga.

Eso hizo la señora Olga Sánchez Cordero por casi tres años. Sin el control y poder que tenía antaño esa dependencia. Pero a partir de hoy regresará al Senado y ocupará la presidencia de la mesa directiva, donde de seguro brillará como en su tiempo brilló como magistrada de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En sustitución de doña Olga llega a la Secretaría de Gobernación el gobernador (con licencia) de Tabasco, Adán Augusto López Hernández, viejo amigo de Andrés Manuel, que seguramente estará tan desocupado como doña Olga, lo bueno para él es que cobrará puntualmente una opípara quincena.