Xalapa. Ver / 2021-06-29
Una de las obras digamos “emblemáticas” de la administración de Migue Ángel Yunes Linares, fue la llamada Torre Pediátrica ubicada en el puerto de Veracruz. Si la memoria no nos falla la primera piedra se puso en las postrimerías del gobierno de Fidel Herrera, se levantaron un par de paredes y hasta ahí llegó la Torre.
Javier Duarte le siguió al proyecto que costó una millonada pero a paso de tortuga. Cuando la entregó, la Torre Pediátrica estaba de mírenme y no me toquen literalmente hablando.
La Torre Pediátrica era en realidad una Torre de papel que al primer ventarrón perdió parte de su fachada y aquello fue un escándalo. Se habló de corrupción, de desvío de recursos, de malos manejos y de muchas cosas más, todas ciertas. Pero no hubo un solo responsable de aquel tiradero y Javier se fue sin arreglarlo.
Yunes Linares le metió enjundia y de paso metió a la cárcel a un par de constructores a los que persiguió con furia chichimeca, aunque nadie le quita a los veracruzanos de la cabeza que fueron chivos expiatorios del choleño.
Cada que podía promovía los avances de la Torre Pediátrica con los arquitectos encargados del proyecto y con su hijo el alcalde de Veracruz. En uno de esos mensajes se aventó la puntada de decir que sería la mejor de su especialidad en América Latina.
Pero a tres años de su reinauguración la Torre comenzó a mostrar fallas en su estructura, goteras por aquí, humedad por acá, cuarteaduras más allá y el pésimo funcionamiento del aire acondicionado que ponen en riesgo la salud y la integridad de los niños que ahí se atienden, así como del personal médico.
Enterado de lo anterior, el gobernador Cuitláhuac García dijo que en un mes iniciarán los trabajos de rehabilitación y qué bueno. Solo una pregunta ¿fincará responsabilidades penales contra los responsables de la porquería en que convirtieron la Torre o ahí quedará el asunto?