La Secretaría de Turismo a nivel federal cuyo titular es Miguel Torruco Marqués dio a conocer que entre agosto y diciembre ingresarán al país 14 millones de visitantes fronterizos que dejarán una derrama económica de 609 millones de dólares. Pero el hijo de la actriz María Elena Marqués que festinó esos datos como si se hubiera sacado la rifa del avión presidencial con avión incluido, miente con todos los dientes.

Por principio de cuentas los visitantes fronterizos, es decir, los mexicanos que viven del otro lado del río Bravo en los estados de Texas, Nuevo México, Arizona y California no viajarán a su país de origen en la cantidad que dice el señor Torruco por dos razones: la pandemia y la inseguridad. Quienes están arreglando sus papeles migratorios para estar en México dos o tres semanas de esos cuatro meses son apenas 800 mil compatriotas, aunque la cifra por supuesto puede crecer… o decrecer.

En 2017 México captó 39 millones 300 mil turistas, principalmente norteamericanos que dejaron una derrama económica de 21 mil 300 millones de dólares. En 2018 el sexenio de Peña Nieto cerró con una cifra histórica de 41 millones 500 mil turistas internacionales que gastaron 23 mil 570 millones de dólares en nuestro país.

En 2019, primer año de gobierno de López Obrador la cifra se disparó a 44 millones 700 mil turistas que dejaron una derrama de 24 mil 816 millones de dólares. Pero en 2020 y como consecuencia de la pandemia la cifra se desplomó a 3 millones de visitantes extranjeros.

Ahora no sólo es la pandemia sino la inseguridad lo que hace que nuestros paisanos piensen si vale la pena arriesgar el pellejo por las carreteras del norte para visitar a la familia, o lo dejan para mejor ocasión. Principalmente nuestros paisanos veracruzanos. Y en cuanto a los 609 millones de dólares que presuntamente dejarán como derrama en el suelo que los vio nacer, vergüenza debería darle al señor Torruco festinar una cantidad tan exigua cuanto en otras ocasiones la derrama ha sido infinitamente superior.