¡Se los dijimos! Cuando se anunció el retiro para su reparación de la célebre escultura de los “voladores” ubicada en la confluencia de dos importantes avenidas de Boca del Río, nosotros apuntamos que era mentira lo que afirmó el alcalde Juan Manuel Unanue, de que “sería retirada temporalmente para ser restaurada”, en ese momento afirmamos que solamente era un pretexto para quitarla, porque al pirruris munícipe sencillamente no le gustaban, y ya sabe usted que teniendo todo el ´ínche poder en la mano cualquier locura es válida.

¡Y como fue! Ahora bajo el pretexto de que el escultor, Bernardo Luis Sánchez, le cotizó muy caro por restaurarla, descartó totalmente la posibilidad de regresar la obra artística a la glorieta, la obra de arte que seguramente terminará en la basura o en el fierro viejo.

El retiro de la escultura no solamente ofende al arte, también es una agresión contra la cultura Totonaca, que por lo visto tanto Unanue, como Arath de la Torre, pretenden denigrar.

El nivel de falta de cultura de algunos alcaldes, como es el caso de Unanue, es ofensivo y alarmante, les da lo mismo desmantelar a una ciudad de su patrimonio cultural como si fuera propiedad de los munícipes, pero no, la ciudad la tienen prestada y no deberían de tomar decisiones tan retrogradas, porque insistimos, la obra artística es propiedad de los veracruzanos no de ellos, y los ciudadanos no tenemos la culpa de su ignorancia.

Ojala las autoridades de cultura y de defensa indígena le corrijan la plana al iletrado alcalde.
¡Ah! Por cierto, Unanue ya anunció que en su lugar pondría un jardincito ¡Hágame usted el refabrón cavor! Menos mal que no pretende volver a poner la escultura de Chente Fox.