12 de diciembre 2021.- La fe y el fervor por la Virgen de Guadalupe es mucha; se justifica ya que el doce de diciembre es la festividad religiosa más importante de nuestro país, en la que muchos mexicanos acostumbran ir hasta la Basílica de Guadalupe o a las Catedrales más importantes dedicadas a la Morenita del Tepeyac a expresarle su cariño y gratitud.
Sin embargo, quizás por estar demasiado enfocados a lo religioso, se descuida peligrosamente la logística de seguridad, y cada año suceden accidentes fatales en torno a las peregrinaciones.
Este año no ha sido la excepción y desafortunadamente uno de estos eventos ocasionados por el descuido ya sucedió en tierras veracruzanas, la noche a ayer se registró un incidente en el que un autobús turístico procedente de la Ciudad de México con personas peregrinas que retornaban a al municipio de Naranjal, se incendió. La causa probable del fuego es que un cohete haya entrado a la unidad que circulaba con las puertas abiertas. En el sitio se reportan cuatro personas lesionadas que fueron trasladadas al Hospital General de Córdoba para su valoración y atención médica.

En el lugar del accidente se brindó atención a ocho personas más por crisis nerviosa. Al sitio acudieron elementos de SSP, PC Estatal, Cruz Roja, Cruz Ámbar de Fortín de las Flores y Cuerpo de Bomberos de Córdoba, SIPREC, así como ambulancias particulares.

El evento en el que por fortuna no hubo víctimas fatales, se suma a los doce peregrinos atropellados por un conductor en estado de ebriedad en la Calzada de Tlalpan, Ciudad de México, con saldo de traumatismos craneoencefálicos y fracturas.

Al de Tlaxcala, en donde un vehículo tipo Beat se incrustó en la parte trasera de un camión donde viajaban peregrinos oriundos de Lázaro Cárdenas, Huamantla, que se dirigían a la Basílica de Guadalupe. Ahí los únicos lesionados fueron los dos ocupantes del auto.

Y al accidente en el que un tráiler impactó a una camioneta con peregrinos guadalupanos a bordo, esto en la autopista México-Puebla, a la altura del municipio de San Martín Texmelucan. Ahí fueron quince los heridos y múltiples las crisis nerviosas.

A estos lamentables accidentes de los que no nos enteramos, habría que sumarles los que suceden pero no nos enteramos, son a causa de las nulas medidas de prevención por parte de los peregrinos y de la tolerancia de las autoridades, que por tratarse de un evento religioso, no les exigen mucho para desplazarse.

Hay que reconocer desde luego que el saldo es mínimo, en comparación de las miles de personas que se desplazan; el operativo Guadalupe-Reyes funciona, solamente hay que afinarlo y hacerlo más severo.