Marcelo Ruíz Sánchez fue llamado a un encargo en el Comité Ejecutivo Nacional del partido Verde, esa es la razón por la que, quién fuera su Secretaria del sector Femenil asumió, merecidamente, la dirigencia estatal; vaya la aclaración para que no nos dejemos llevar por los creadores de mitos geniales que en todo ven moros con tranchete.

No hay que buscarle mucho para entender que Marcelo jugó el papel que le correspondía dentro del cambio de la geografía política nacional y estatal, en la que su partido tuvo que migrar de aliados. En Veracruz ese cambio se dio sin brincos ni sombrerazos, guardando siempre el respeto por quienes habían caminado y crecido juntos durante muchos años, además sin encender demasiado incienso a los nuevos y poderosos aliados, Marcelo tuvo esa capacidad, nos guste o no.

La máxima indica que “hay tiempos de asomarse, de sumarse y de sumirse”, quién sepa distinguirlos demostrará su capacidad política; Marcelo ya transitó por la etapa de sumarse y de sumirse, obligado a caminar con bajo perfil; ahora sin duda entrará en la época de asomarse; no olvidemos que su partido le debe una plurinominal que trabajó, sudó y tuvo que ceder; así que si se hace justicia lo veremos ir subiendo.

Sirva el apunte para reorientar la lectura de su salida, pues antes de ceder la silla embrujada del Verde estatal, ya había sido llamado a integrarse al Comité Ejecutivo Nacional; así que renunció porque no podía dobletear encargos; seguramente en breve sabremos qué área ocupará a nivel nacional.

Veracruz está palanca en el Verde nacional, pues Marcelo Ruíz ya fue sumado al altiplano por estrategia del Partido e invitación de Javier Herrera Borunda, desde ahí seguramente harán el “uno dos” en favor del terruño.