Desde que Julen Rementería firmó la Carta de Madrid y se convirtió en amigo de Santiago Abascal, uno de los políticos de la ultraderecha más repudiados del mundo, nomás no ve una.

Ha tenido que aguantar las burlas hasta de sus correligionarios del PAN. Es cliente de las redes sociales donde se lo han acabado con los memes y para colmo de males, perdió su oportunidad de ser candidato a la gubernatura de Veracruz, su sueño dorado.

Pero el tipo es terco y tozudo. Este lunes dio a conocer que el gobierno de Claudia Sheinbaun contrató a 585 médicos cubanos que no lo son. Esto es, que no tiene título profesional.

Dijo que doña Claudia pagó al gobierno de Cuba 255 millones 873 mil pesos por el servicio de estos médicos y que cada uno habría ganado 437 mil 390 pesos por tres meses de trabajo cuando un médico del IMSS gana 17 mil pesos mensuales.

¿Y sabe usted qué pasó? Nada.

El gobierno de la CDMX dio a conocer que todos los médicos son especialistas y que en efecto eso se pagó por sus servicios.

Pero luego vino la tunda en las redes donde lo acusaron de fascista, nazi, franquista y otras lindezas. El presidente López Obrador lo vapuleó y lo acusó de trabajar en la SIOP de Yunes Linares donde hizo jugosos negocios.

Es decir, Julen fue por lana y salió trasquilado. Si la información sobre los millones que soltó Claudia la hubiera dado a conocer cualquier otro panista quizá sí hubiera levantado ámpula, pero la dio a conocer Julen que es un cartucho quemado.