El primero de enero del 2022, llegarán al poder municipal 212 nuevos alcaldes, deseosos de rob… perdón, deseosos de servir a sus gobernados. Pero muchos se van a encontrar con que no tendrán con qué servir y (fuera máscaras) con qué servirse a ellos mismos. Y es que a excepción de 11 ayuntamientos, los 201 restantes tienen deudas bastante fuertes.

Las alcaldías más endeudadas son: Veracruz puerto con 1, 205 millones de pesos; Coatzacoalcos con 478 millones; Tuxpan con 319 millones; el adeudo de Xalapa es de 97 millones y Medellín de Bravo tiene un adeudo de 82 millones de pesos. Les siguen Minatitlán con 64 millones; Boca del Río con 54 millones; San Andrés Tuxtla debe 50 millones y Orizaba 47 millones de pesos.

Estos nueve ayuntamientos concentran el 60% de la deuda pública municipal.

Quien está más atorado es el ayuntamiento jarocho gobernado por Fernando Yunes Márquez donde es más fácil que crezca la deuda a que se pague. Con lo que a ese municipio le sucederá lo que al resto del país cuya deuda externa crece y crece y crece y crece desde 1976 y ya es impagable.

Tuxpan tiene una deuda manejable ya que es puerto de altura. Pero sus habitantes deberán cuidarle las manos al próximo alcalde para que no la vaya a dobletear;
más si sucede lo imposible no le anulan la elección a José Manuel Pozos Castro.

El resto de los municipios tendrá que economizar con el presupuesto que les toque si no se quieren endeudar hasta la asfixia, pero sobre todo, si no los roban tanto quienes los van a gobernar.