Y en el PAN veracruzano se dio el pasado fin de semana un intento de Albazo, los Consejeros detractores del Chapito se constituyeron en Asamblea Extraordinaria para elegir a los integrantes de la Comisión Organizadora Electoral, que es la encargada de instaurar, vigilar y calificar la renovación del CDE de ese partido, que debería realizarse a más tardar, en el mes de diciembre.

Más pronto que inmediatamente Joaquín Guzmán Avilés envió un comunicado descalificando la Asamblea: “Ni la Presidencia del Comité Directivo Estatal y ningún otro órgano directivo del partido emitió convocatoria alguna para sesionar…Todo acuerdo tomado en la reunión mencionada, no cuenta con los efectos legales”. Puntualizó el Chapito.

Será el sereno, pero Joaquín debería de estar muy preocupado; primero debido a que se la pasaron de humo y no supo ni de donde le llegó el guamazo, y después porque según los números de los disidentes sí hubo quórum ya que “se encontraban presentes el 50 por ciento más uno, de los integrantes del Consejo” (así lo dice el comunicado de los disidentes, aunque esconde algunas trampas verbales).

La queja de los rebeldes es qué en repetidas ocasiones, Chapito ha postergado -sin argumentos válidos- la celebración de un Consejo Político Estatal para designar a los que ya designaron de manera “pirata.”

Lo que extraña es ver entre los organizadores del “golpe de estado” a personajes serios como lo son Enrique Cambranis y Basilio de la Vega; pero ni modo, cuando se tiene que obedecer a un patrón tirano, hasta la decencia y la vergüenza se pierde.