En su momento la inauguración del Libramiento de Xalapa fue motivo de discordia entre el gobierno federal panista, comandado por Felipe Calderón, y el estatal priista encabezado por Javier Duarte; pues faltando escasas dos semanas para que concluyera el sexenio de Calderón e iniciara el de Peña Nieto; la indicación desde el Palacio de Enríquez era retrasar su apertura para que el corte de listón la hiciera Peña Nieto y no Calderón Hinojosa.

El Delegado de SCT de aquel entonces era Agustín Basilio de la Vega, que se puso buzo caperuzo, advirtió a su presidente de la jugada que se estaba cocinado, y logró que el tramo carretero fuera inaugurado siete días antes de que Calderón se fuera mucho a la vida privada; cabe el apunte de que la obra había sido iniciada por su antecesor azul, Chente Fox Quesada.

Ahora ya no se darían esos jaloneos porque el PRI y el PAN ya andan de la manita; pero hace ocho años era lógico que quién hizo toda la talacha quisiera firmarla.

El pasado fin de semana, Basilio de la Vega, amablemente invitó a quién escribe para recorrer el libramiento y explicar la complejidad que tuvo su construcción y la enorme importancia comercial que representa para el país; pues si bien por Xalapa (indebidamente) se cuelan algunos tráiler durante el día, en nada se comparan con la gran cantidad de vehículos pesados que circulan por la carretera de cuota, es impresionante el volumen de productos que se mueven por ese tramo; lástima que a los Veracruzanos nos queda poca derrama económica de los “fletes”.

Entre las virtudes técnicas que tiene el libramiento (explicado por uno de sus creadores) está un túnel que es el único del país con cuatro carriles; hay puentes que construirlos llevó más de año y medio. Es de destacar la cantidad de pasos que cruzan la pista, permitiendo que los pequeños y grandes poblados no queden incomunicados, suman cerca de cincuenta; vemos los elevados pero existen muchos más subterráneos.

La idea del recorrido surgió de una charla de café, en donde algunos cuestionábamos la utilidad del libramiento; pero después del recorrido no queda más que reconocer que, si la gran cantidad de camiones que circulan por el libramiento, siguieran pasando por Xalapa, la ciudad sería un caos.

El chascarrillo: Hay un Puente nombrado “Xalapa”, que Fidel quería nombrar “Fidelidad”; pero no hubo de piña.