Eres lo que bebes

2024-04-13
Eres lo que bebes

Por Gamaliel Cruz

En la encrucijada de la vida, a menudo nos encontramos tomando decisiones trascendentales en momentos en los que nuestra madurez física y mental aún está en proceso de desarrollo. Es en estos momentos cruciales donde buscamos inspiración en figuras que admiramos, buscando seguir el camino que creemos nos llevará al éxito. Sin embargo, ¿son realmente estos modelos a seguir los más adecuados para guiar nuestras vidas?

Es un hecho que los personajes con un gran número de seguidores no siempre representan el mejor ejemplo a seguir. En un mundo donde la violencia, el consumo de estupefacientes y los comportamientos de riesgo están lamentablemente presentes, es crucial buscar modelos positivos que inspiren una sociedad más centrada en valores constructivos.

Tomemos, por ejemplo, el caso de un niño que sueña con convertirse en un atleta profesional. Es natural que busque emular las acciones de sus ídolos deportivos, sin detenerse a pensar críticamente en los resultados de sus acciones. Sin embargo, ¿qué pasaría si en lugar de seguir ciegamente los pasos de figuras públicas con comportamientos cuestionables, nuestros jóvenes aspirantes a atletas se inspiraran en modelos a seguir que promuevan la integridad, la perseverancia y el compromiso?

En lugar de exaltar a aquellos que solo destacan por su fama efímera, sería interesante fomentar una cultura de admiración hacia figuras que encarnen valores positivos y constructivos. En un mundo inundado de influencias negativas, es esencial buscar y celebrar aquellos ejemplos que nos impulsen hacia un camino de crecimiento personal y colectivo. La búsqueda de modelos a seguir que promuevan la empatía, la responsabilidad social y el bienestar común puede ser el primer paso hacia la construcción de una sociedad más justa y equitativa.

La realidad es que vivimos en una sociedad saturada de imágenes y mensajes que glorifican comportamientos y estilos de vida que, lejos de ser ejemplares, son perjudiciales para el bienestar individual y colectivo. Desde las redes sociales hasta la industria del entretenimiento, estamos rodeados de figuras públicas que, pueden vanamente llamar la atención, no siempre representan los valores que queremos inculcar en las generaciones futuras.

Por lo tanto, es fundamental que comencemos a cuestionar y analizar críticamente las influencias a las que estamos expuestos, especialmente cuando se trata de modelos a seguir para nuestros jóvenes. ¿Realmente queremos que aspiren a ser como aquellos que viven una vida de excesos y desenfreno, o preferimos fomentar el respeto, la compasión y la responsabilidad como pilares fundamentales de una sociedad saludable?

En última instancia, la elección de nuestros modelos a seguir es un reflejo de nuestros valores y aspiraciones como sociedad. Si queremos construir un mundo mejor y más equitativo, debemos comenzar por celebrar y promover aquellos ejemplos positivos que nos inspiren a ser mejores seres humanos. Es hora de alejarnos de la cultura de la celebridad vacía y abrazar una cultura de la excelencia moral y ética.