MARKETING DIGITAL Y DEPORTE. POR MARCOS GAMALIEL CRUZ

2024-11-16
MARKETING DIGITAL Y DEPORTE

EL ESPECTÁCULO QUE VENDE, PERO NO ENGRANDECE AL DEPORTE

En la era del marketing digital, la calidad parece haber cedido su lugar al espectáculo rentable. Eventos que carecen de profundidad estratégica y técnica se posicionan como fenómenos taquilleros, apelando más al morbo que al deporte. El boxeo, ejemplo tangible de esta tendencia, refleja cómo el brillo de los reflectores eclipsa a la esencia del arte del intercambio de golpes.

En un escenario local, las peleas profesionales son pequeñas joyas escondidas. En México, estas batallas se dan entre puños sinceros y corazones cercanos: familiares, compañeros de gimnasio, y fanáticos que valoran el sudor detrás de cada golpe. Sin embargo, la atención del gran público no está ahí. Está en peleas como la de ayer entre Paul y Tyson, un show a dos minutos por round, sin la estrategia o el desgaste real que define al verdadero pugilismo. Pero no importa: rompió récords de taquilla porque, en un mundo regido por tendencias, basta con ser un evento de moda para atraer masas.

Lo mismo ocurre con figuras como Canelo Álvarez, cuya trayectoria se ha visto empañada por peleas que parecen más una coreografía diseñada que un duelo real. Peleas a modo que carecen de riesgo, pero generan fortunas. Y detrás de esto, el marketing del odio: miles pagan con la esperanza de ver caer a estos personajes, mientras otros tantos buscan el derecho de conversación para el café del lunes. No importa que no sepan lo que es un jab o una guardia cerrada, lo relevante es haber estado allí, comentarlo, sentirse parte.

Es triste, porque mientras el foco está en estos espectáculos vacíos, el talento verdadero permanece en el anonimato. Los atletas que no tienen un aparato mediático detrás, pero sí un hambre feroz por demostrar su valía, siguen siendo invisibles. ¿Qué pasaría si esas estrategias millonarias se usaran para promover sus carreras? ¿Para llenar arenas con sus sueños, sus historias, su lucha diaria?

El marketing no tiene que ser enemigo del deporte, pero urge encontrar el balance. Porque el deporte merece respeto. Porque detrás de cada golpe hay disciplina, esfuerzo y humanidad, y eso debería ser lo que llena las taquillas. Tal vez, algún día, los reflectores apunten hacia los que realmente lo merecen. Por el bien del boxeo. Por el bien del deporte.